jueves, 25 de junio de 2009

Medidas drásticas

En nuestros artículos solemos deleitarnos rastreando las relaciones etimológicas ocultas entre las palabras. Es verdad que cuesta poco encontrar esas relaciones. Lo raro no es que una palabra tenga muchos parientes, sino que se halle completamente aislada.

Ese me pareció el caso de drástico. ¿De dónde viene este extraño vocablo, que no se parece a ningún otro? Actualmente goza de muy buena salud. En el lenguaje político y periodístico, por ejemplo, siempre hay ocasión de usarlo. Una nota de estos días, que recojo al azar, reza:
“Los economistas no prevén cambios drásticos para el 29 de junio, ni tampoco desbarranques o brusquedades” (Diario Clarín, 18 de junio)

Calificamos de drásticos a los ajustes, las medidas, las decisiones y los cambios que son enérgicos y radicales. Pero en realidad éste es un uso figurado, a partir del sentido mucho más concreto que tenía el término hasta el siglo pasado: se denominaba drástico a todo purgante de acción explosiva e inmediata.

Triglochin palustre. Euphorbia chamaesyce, é hipericifolia L. v. Yerbas de la golondrina, por el uso que hacen de la leche de todas ellas para consumir y limpiar las nubecillas de los ojos; tambien las usan los Indios para evacuar el vientre; pero es un purgante drástico y que debe tomarse con cautela
(Ruiz, Hipólito, Relación histórica del viaje a los reinos del Perú y Chile, c 1793)

¿Hablarían nuestros gobernantes con tanta desenvoltura de las “drásticas medidas” que están por tomar, si tuvieran presente este significado?
Las apariciones que he revisado de drástico en el siglo XIX, tanto en español como en ingles (drastic), hacen referencia a purgantes, y son textos de medicina. Infiero que lo mismo pasa en otros idiomas occidentales, ya que en ese campo del conocimiento tenemos un vocabulario común que entronca con una larga tradición de textos en latín. En francés drastique está registrado a partir de 1741, en ingles a partir de 1691.
Sigamos retrocediendo en el tiempo. Es curioso cómo a pesar de que el uso de la palabra muta, ésta sobrevive, y su significado más medular (“enérgico”) persiste.
Pasando por los naturalistas y médicos de todos los tiempos (de Lineo y von Martius hasta Galeno), llegamos a la antigüedad, y nos encontramos con la palabra griega δραστικός, que significa “enérgico”, “activo”. Diodorus Siculus (siglo I AC), por ejemplo, dice

Pero Agesilao, que era por naturaleza un hombre de acción, amaba la guerra y ansiaba dominar a los griegos.

ὁ δ᾽ Ἀγησίλαος, ὢν φύσει δραστικός, φιλοπόλεμος ἦν καὶ τῆς τῶν Ἑλλήνων δυναστείας ἀντείχετο.

Bibliotheca historica, Libro 15 cap 19

Drástico provenía del verbo dráo, que significaba “actuar”. El sustantivo Drasis en griego era “fuerza, eficacia, acción”.
¿Acaso este verbo nos ha dado más derivados? Veamos. Al preguntarle a ese hombrecito llamado Google por drasticus, me hace una curiosa sugerencia:
Aunque probablemente se base solo en una similitud ortográfica, lo cierto es que Google ha acertado al relacionar drástico con dramático. Porque otro derivado de drao era drastes =“actor”. Y de allí nos viene drama y dramático.
Así que finalmente le hemos encontrado al menos un pariente a drástico. Este “enérgico” adjetivo, que comenzó siendo aplicado a personas, luego a purgantes, y por último a conceptos abstractos, es el primo lejano del drama, otra palabra que ha prosperado en modo notable.
Espero fervientemente que este dato sea de provecho a los políticos de mi país, tan atentos al uso del lenguaje. Bajo su influjo podrán intercalar en sus discursos certeras expresiones como:
“La situación que hemos heredado es dramática, pero venimos cargados de proyectos y tomaremos medidas drásticas que nos sacarán rápidamente del estancamiento y extenderán sus beneficios como un manantial benéfico a todos los estratos de la sociedad”.
Frase que les cedo gratuitamente, y que les puede ser útil para comenzar a "sincerarse", como se dice ahora.

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