jueves, 12 de marzo de 2009

Rencor, paraguas cerebral

En el curso de cierto proyecto que se está promocionando con bombo y platillo en este preciso instante, di hace poco contra uno de esos escollos que se llevan la mayor parte del tiempo dedicado a cualquier traducción. Se trata de la misteriosa frase I'm doing berrain work que dice Charteris, estudiante de colegio secundario, a su compañero MacArthur, que viene a interrumpirlo en la ímproba tarea de escribir un artículo subversivo sobre los profesores y sus costumbres.

Esta palabreja berrain seguramente ha dejado a oscuras a muchos lectores. Un investigador de la talla de Reggie de http://www.blandings.org.uk/ sólo pudo decir: "no trace of this word. It might be a very local piece of school slang"; y una búsqueda en Google sólo da un difícil apellido vasco toponímico ("Der. de Berra, Berro, con el suf. loc. -ain, sitio de" según el Diccionario Onomástico y Heráldico Vasco de Jaime de Querexeta), pero la inmensa mayoría de apariciones en la web se refiere sólo a una mala lectura por terrain, o (simplemente) a ese mismo pasaje del humorista inglés P.G. Wodehouse.

Antes de seguir adelante con la dilucidación, deténgase el lector a pensar: ¿qué le sugiere "hacer trabajo berrain"? ¿Es algún equivalente de "trabajar como un esclavo", "como una mula", etc.? ¿O se refiere a tareas delicadas?

La respuesta me la dio un hombrecillo llamado Google, pero sin querer.

(Los escritores de novelas de misterio ya no saben cómo retorcer el viejo principio de que el mejor escondite es aquel donde el objeto se coloca a la vista de todos. Por eso es que no voy a lograr una narración entretenida del hallazgo; sólo alegaré en su defensa que es un caso de la vida real.)

A saber: si se introduce berrain work en Google se obtienen unos pocos centenares de resultados, que uno lee con atención: el primero es una sigla, el segundo habla de un chef famoso de ese apellido y sus obras, etc. Pero existe un renglón que quienes tenemos demasiada confianza en nuestra capacidad para manejar el teclado y la ortografía conjuntamente tendemos a pasar por alto: el famoso "Quizás quiso decir", donde Google sugiere que tal vez hayamos escrito mal nuestra búsqueda. Allí dice (grande como la vida):

¡Ajá! ¿Es posible que Wodehouse haya querido decir brain work, o sea, que Charteris esté haciendo un trabajo del cerebro? Tiene sentido: el joven está escribiendo un artículo periodístico, labor intelectual, mientras que MacArthur quiere llevarlo a hacer ejercicio físico. (1)

En ese momento este traductor recordó que varias páginas antes se había enfrentado con un caso similar pero más sencillo, y que sólo por descuido no había relacionado las dos frases: cuando Charteris explica su resentimiento contra el director del colegio, cuya vida está tratando de tornar imposible, dice: I have a gerrudge against the person. Beneath my ban that mystic man shall suffer, coûte que coûte, Matilda ("Me mueve un profundo rencor contra ese individuo. Bajo mi maldición aquel místico ha de sufrir, coûte que coûte, Matilda" – siendo esto último una cita de W.S. Gilbert, porque Charteris es una persona de amplia cultura). Recuerdo que no me costó adivinar que tras este gerrudge se escondía grudge "rencor"; pero alguna oscura razón (no del todo desligada, quizás, del hecho de haber sido alimentado con carne durante mi infancia) me impidió dar el paso siguiente, y así fue que anduve varios días dando vueltas a la frase. Me consuelo pensando que no fui el único.

Pero Google no termina de estar en lo cierto. Charteris podría responder al hombrecito: "Lamento desilusionarte, amigo de mi juventud, pero no quise decir brain work, sino berrain work, así como antes había dicho gerrudge y no grudge. Te deseo mejor suerte para la próxima". ¿Por qué? Porque a Charteris, además de introducir citas estrafalarias y adoptar poses trágicas, le gusta imitar ciertos acentos dialectales ingleses, especialmente en su diálogo con MacArthur ("el Bebé", como lo llaman en el colegio), cuyo apellido indica procedencia escocesa; en otro cuento, "El Bebé y el Dragón", Charteris le dice I ken it weel, ma braw Hielander.

El fenómeno fonético que usa en las dos palabras gerrudge y berrain tiene un nombre general, "epéntesis", o sea, la inserción de sonidos en el medio de palabras. Es lo que hace que en castellano digamos, por ejemplo, "tronar" allí donde los romanos decían tonare: esa "r" entrometida es bien efectiva como imitación del sonido del trueno, ¿no? (aunque seguimos diciendo "tonante"). Pero también tiene un nombre particular, "anaptixis", el añadido de vocales para facilitar la pronunciación, tema que Eleder desarrolló deliciosamente hace un tiempo con su historia de las desventuras de Keleto. "Anaptixis" se aplica a veces al desarrollo vocálico de las consonantes líquidas (l y r), sobre todo cuando se hallan en función vocálica, o (como en los ejemplos de Wodehouse) siguiendo a otra consonante en grupos como gr y br.

Antes de seguir, aclaremos cuál es el sonido que se está introduciendo: la aparición de la e y la duplicación de la r sólo indican que en medio del grupo consonántico ha aparecido una schwa, ese sonido extremadamente relajado y débil que caracteriza a muchas de las vocales inglesas átonas. Si el lector tiene suerte, verá a continuación el símbolo con que los fonetistas suelen representar el sonido: ə (una especie de "e" invertida, aclaramos para los no elegidos). En definitiva, la palabra inicial se pronuncia "bəréin". (2)

Los casos similares no son fáciles de hallar sobre el papel o el monitor, salvo que el escritor esté imitando deliberadamente esta pronunciación. En Wodehouse, hurgando un rato, podemos hallar fillum (en A Damsel in Distress, cap. 3), que no es otra cosa que un film donde la schwa se ha introducido en el incómodo grupo lm (es decir, se pronuncia "fíləm"). Es un caso tan extendido que no resulta tan raro verlo por escrito, según se puede apreciar (otra vez) en Google.

Pasemos un momento a ver cómo funcionó esta anaptixis en algún momento de la historia de las lenguas hispánicas. Nadie mejor que R. Menéndez Pidal para decirlo con humor, hablando de un obispo leonés del siglo X:

Ilderedo articularía redichamente, como esos predicadores retóricos de hoy, que dan énfasis a su lenguaje deslizando un breve soplo vocálico en los grupos de consonantes, "Amados heremanos míos de mi álama"...; o como esos malos actores que recitan el Tenorio:

no es veredad, ángel de amorrr,
que en esta aparatada orilla...

Hoy a nadie se le ocurriría escribir semejante vocal, pero en el siglo X, y en León especialmente, se pronunciaba tanto, que hasta se escribía eguelesia por eglesia, yélemo por yelmo, e Ilderedo era de los que escribían en sus cartas: "peropia nostra voluntate, vendemus tibe Salvatore et uxore tua Peraciosa terras nostras peropias, juxta felumen Torio in loco peredicto".

(Tomado de su prólogo al libro de Sánchez-Badajoz que citamos la otra vez; también aparece al final de ediciones de El idioma español en sus primeros tiempos. Las palabras latinas "redichas" de la última frase son, por si hace falta aclararlo: propia, Praciosa, propias, flumen, predicto). (3)

En un libro muy interesante sobre una variedad dialectal del inglés (The Dialect of Leeds and its Neighbourhood, Illustrated by Conversations and Tales of Common Life, etc., Londres 1862) se encuentran algunos (pocos) ejemplos. Transcribo un fragmento que contiene uno, para que el lector curioso juegue a detectarlo:

Theophilus dressed râayther perculiar now; soa perculiar now 'at if yuh hedn't a' knawan he wur church-warden, yer'd 'a' thowt he wur a Quaaker. He ware a coit wi'art a collar, a Dundee-grey hat, t' regerlâation pattron, pepper an' salt trowsers, low shoes, teed wi' black ribbin, white stockings, a pair o' black cotton gloves, an' a black silk neck-henkutcher, an' he awalus carried an umberella, wi' him, an' napt fowks shins wi't as he went along.

Efectivamente, oh lector curioso, acertaste: umberella no es sino umbrella ("quitasol o paraguas") con la consabida schwa rompiendo el grupo consonántico.

La palabra umbrella misma tiene una curiosa tradición en esto de la aparición y desaparición de sonidos en el medio. Su primera fuente segura es el latín umbra "sombra", sobre cuyo origen entiendo que no hay acuerdo (se le han propuesto raíces indoeuropeas tan disímiles como *andho- y *wekeros). Esta palabra tuvo un diminutivo umbella (tal vez habiendo pasado por algo así como *umberula, pero no sabemos si la e apareció, o si es original y es umbra quien la ha perdido), con el significado de "quitasol"; literalmente, era una "sombrita" que uno podía llevarse de aquí para allá, a sitios donde la naturaleza o el hombre no habían tenido la delicadeza de colocar un árbol o un techo que lo protegiera del sol. "Umbela" es un término que usan hoy los botánicos para ciertos tipos de florescencia con forma, era de suponerse, de quitasol. Toda una familia de plantas ha recibido de ahí su nombre: las Umbelíferas.

Angelica silvestris Linn., fam. Umbelliferae

Pero he aquí que en algún momento de la Edad Media este umbella adquirió una r, y se transformó en umbrella. ¿De dónde salió? ¡Pues del mismo umbra que le había dado origen! Si la teoría usual es correcta, quienes usaban las umbellas (o al menos la palabra) habían olvidado la formación exacta del diminutivo, y se dijeron: "Este aparato me da umbra, y el nombre es parecido, pero ¿por qué no se llama umbrella, con la r donde corresponde? Nada, seguro que umbrella es la palabra correcta, y yo la he estado pronunciando mal", o algo por el estilo. De donde resultaría que umbrella tiene la misma r dos veces: una es el añadido de que acabamos de hablar, y la otra es la primera l, presuntamente asimilada al desaparecer la vocal intermedia en aquel *umberula que aventuramos hace un rato.

La anaptixis en inglés no atacó con la regularidad que (según la nota de Eleder) parece haber tenido en euskera. Ya vimos que fillum está bastante extendido, pero no así berrain. Umberella, por su parte, tiene cierta tradición. La aparición más temprana que hallo es de 1774, en una carta de Philip Vickers Fithian: "We went on board: The Sun beamed down upon us, but we had each an Umberella". Y la más reciente está...

Sí, llega el momento que los lectores habituales de este espacio han estado esperando con sentimientos dispares. Porque el uso de que voy a hablar es el que hace J.R.R. Tolkien en El Señor de los Anillos (6:VIII:174-81):

‘That’s right!’ put in Young Tom. ‘Why, they even took Pimple’s old ma, that Lobelia, and he was fond of her, if no one else was. Some of the Hobbiton folk, they saw it. She comes down the lane with her old umberella. Some of the ruffians were going up with a big cart.
‘“Where be you a-going?” says she.
‘“To Bag End,” says they.
‘“What for?” says she.
‘“To put up some sheds for Sharkey,” says they.
‘“Who said you could?” says she.
‘“Sharkey,” says they. “So get out o’ the road, old hagling!”
‘“I’ll give you Sharkey, you dirty thieving ruffians!” says she, and ups with her umberella and goes for the leader, near twice her size. So they took her. Dragged her off to the Lockholes, at her age too. They’ve took others we miss more, but there’s no denying she showed more spirit than most.’

–¡Claro que sí! –interrumpió Tom el Joven–. Si hasta a la propia madre del Granujo se la llevaron, a esa vieja Lobelia, y aunque nadie la podía ver ni en pintura, él al menos la quería. Alguna gente de Hobbiton estaba allí y vio lo que pasó. Ella viene bajando por el camino con su viejo paraguas. Unos cuantos bandidos van en sentido contrario con un carro.
»“¿Se puede saber a dónde van?”, ella dice.
»“A Bolsón Cerrado”, ellos dicen.
»“¿A hacer qué?”, ella dice.
»“A construir barracones para Zarquino”, ellos dicen.
»“¿Con el permiso de quién?”, ella dice.
»“De Zarquino”, ellos dicen. “¡Así que quítate del medio, vieja bruja!”
»“¡Zarquino les voy a dar yo, ladrones sucios, rufianes!”, ella dice, y arriba con el paraguas contra el jefe, casi el doble de altura. Y se la llevaron. A la rastra hasta las Celdas, y a su edad. Se han llevado a otros a quienes en verdad echamos de menos, claro, pero no es posible negarlo: ella mostró más coraje que muchos.

Tom el Joven, hijo del Granjero Coto, habla la lengua rural que caracteriza a los hobbits de su clase y que Tolkien tanto apreciaba; no es difícil hallar otras muestras de ello en el pasaje citado (4). Y con él cerramos (casi) este recorrido.

Casi, porque el lector todavía debe hacerme el favor de estar preguntándose "¿Y cuál era el proyecto que se está lanzando en este mismo instante?". Gracias, oh lector atento. Ese proyecto no es otro que la fundación de la Sociedad de Fomento Los Zánganos, con la participación de los miembros de este blog y la del ínclito Hernán; una sociedad dedicada sobre todo a la traducción y publicación online de textos de P.G. Wodehouse que han entrado en el dominio público, varios de ellos no disponibles en nuestro idioma con anterioridad. Todos los casos citados en este artículo provienen de trabajos ya publicados o en vías de serlo: los cuentos "Las maniobras de Charteris" y "El Bebé y el Dragón", que provienen de la colección Cuentos de St. Austin's, y la novela Una damisela en apuros se cuentan entre las estrellas presentes en la inauguración.

Y para festejar este acontecimiento, nada mejor que invitar a Dizzie Gillespie y Louis Armstrong para deleitarnos con su interpretación de "Umberella Man", de Flanagan y Allen (algunos escriben el título como "Umbrella Man", pero préstese atención a la anaptixis):

Toodle-uma-luma-luma
Toodle-uma-luma-luma
Toodle-aye-ay
Any umberellas, any umberellas to mend today?

Bring your parasol
It may be small, it may be big
He repairs them all
With what you call a thingamajig

Pitter patter patter, pitter patter patter
It looks like rain
Let it pitter patter, let it pitter patter
Don't mind the rain

He'll mend your umbrellas
And then go on his way, singing
Toodle-uma-luma-luma-toodle-ay
Toodle-uma-luma-luma-toodle-ay
Any umberellas to mend today?

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(1) En realidad, más tarde descubrí que ya alguien había tenido la iluminación; pero no quería arruinar la historia del hombrecito llamado Google, y el principio se mantiene.

(2) Por su parte, gerrudge tiene una pronunciación más o menos similar a la de garage, y de hecho aparece algunas veces representando una pronunciación popular de este galicismo.

(3) Los radioescuchas de Córdoba, Argentina, recordarán quizás a los personajes Teté y Fanny del programa Extraños en la noche diciendo "¡Es veredat!".

(4) "Begging your pardon, Con el perdón de usted: Some Socio-Linguistic Features in The Lord of the Rings in English and Spanish", un interesante artículo de Sandra Bayona sobre el tema en Cormarë Series, discute algunas de las adaptaciones de estos niveles de lengua en la traducción castellana.

4 comentarios:

  1. ¡Gran trabajo! Me atrapó completamente la investigación.

    Un detalle o dos: los nombres de las familias no van en cursiva y las Umbelíferas ahora se llaman Apiáceaes / Apiaceae (de apio, claro), aunque se acepta el uso del nombre anterior en castellano, pero no Umbelliferae.

    No tengo más que agregar, excepto que les deseo mucho éxito en su proyecto.
    Saludos.

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  2. Creo que tiene razón en consideración de la palabra berrain. Lo siento que blandings.org.uk ya no existe y el e-mail de Reggie no sirve ahora.

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  3. Gracias Roberto. Por supuesto uno escribe sobre estos temas con lo primero que encuentra, y casualmente no es la primera vez que me corrigen sobre zoología y botánica (o al menos así se llamaban cuando iba al secundario, vaya uno a saber ahora).

    Gracias también Laura. Yo soy uno de los que cada tanto prueban el sitio de Reggie, para ver si ha vuelto, y me llevo la decepción correspondiente. De hecho, le dejé un par de comentarios en su momento sobre este tema y otros, pero evidentemente no se pudieron aprovechar.

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  4. Bueno, a mi siempre me llamó la atención el "origen común" de umbrella y sombrilla, no? Y que la que suena más latina sea la palabra inglesa y no la del castellano. Comentarios de un neófito total al que estaría bueno que iluminaran.

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